El tiempo incluye el reposo de 2 horas de la masa en la nevera. En un sartén amplio, sellar con la mantequilla (2 cdas. apróximadamente) las cebollas y el ajo, cortados en cuadritos. Ir añadiendo la espinaca, bien lavada, seca y cortada en juliana fina por tandas, saben que la espinaca es volumen y a medida que se sella, se reduce. Adicionar la harina de trigo y mezclar bien y dorar, incorporar la leche, la sal, mezclar hasta obtener la bechamel, que no se pegue al sartén y que no queden grumos.

La nuez moscada y rectificar sabor. Retirar de la estufa y esperar enfriar, tapar con papel film para no crear costra, y llevar a la nevera unas 2 horas. Batir los huevos con pizca de sal, incorporarlos a la masa ya fría junto a la harina de pan mezclada con orégano. Con ayuda de una cuchara de palo incorporar bien la mezcla. Con las manos humedecidas armar las croquetas rellenándolas con el queso mozzarella, calentar bien el aceite y freír, colocarlas en papel absorbente y luego disfrutar.

De mi cocina, con placer 😍😍