Como toda receta que se precie y cocinero organizado debemos hacer la preparación de los ingredientes, Petra cortó los dientes de ajo muy picaditos

Y la cebolla en juliana fina

Y Pablo el trabajo ingrato, rallar los tomates, más que ingrato, pesado

Ni que decir tiene que quedó de diez

Yo pude dedicarme a hacer el sofrito, di color a los ajos picados

Cuando tomaron color agregué la cebolla y la fui pochando no sin muchas dificultades eléctricas, se nos iba la luz constantemente, salpimentè

Cuando quedó blanda y cambió a transparente agregué el tomate, eché un poco de azúcar para matar la acidez, la copa de vino y la rama de canela, rectifiqué de sal hasta que soltó todo el agua y nos quedó un sofrito espeso como deseábamos

Ya teníamos la base del futuro arroz, lo preparamos para tenerlo a mano, en éste caso usamos el tipo bomba de grano más redondo

Con la ayuda de Irene corté el pimiento en trozos alargados y reservé

Le tocaba el turno a la carne, la salteé a fuego vivo, regando con una buena copa de ron, hasta que tomó color

Una vez dorada la saqué y en su lugar salteé el pimiento hasta que estaba tierno

Llegó la paella gracias a Irene y a Dani se nos abrió el cielo, habíamos estado trabajando con sartenes, eché el pimiento, el sofrito de tomate y el arroz, di un par de vueltas para que se impregnase de los sabores, agregué el pimentón picante, a remover bien el conjunto

Eché la carne y repetí la operación hasta que el arroz estuvo sellado exteriormente, menos mal que me ayudó Sara e Irene los brazos estaban muertos ya

Regué con el caldo, fue la última vez que removí el arroz con espátula, dos litros de caldo

A partir de aquí sólo utilicé movimientos de vaivén con brazos y las asas de la paella

Estaba seguro que nos faltaría algo más de líquido, la experiencia con el arroz bomba, tres veces el volúmen de arroz

Pasaron 20 minutos y algunos movimientos de brazos, comprobando que no se pegaba a la paella, preparamos los garbanzos, ya cocidos

Los repartí a lo amplio de la paella y Paco me trajo otro litro de agua caliente que también repartí, le quedaba poco al arroz para estar hecho

Consulté con Montse para que probase que le parecía y decidimos sacarla del fuego, a nuestro parecer estaba en su punto!!!

La dejamos reposar unos breves minutos y entre Dani y yo la bajamos al comedor para que todo el que quisiese degustarla lo hiciese, un orgullo y cansancio a la vez pero satisfacción inmensa, gracias a Paco y a Dani que sin ser del equipo nos echaron una mano, buenos compañeros