Patatas revolconas

Arianne
Arianne @Arianne
Esquinita verde de la Península Ibérica, llamada A Coruña

Este humilde plato recibe mucho nombres como: patatas meneás, patatas meneadas, patatas revueltas o patatas removidas… y en casa de mi tío: patatas chingonas 🤣🤣
Las patatas revolconas constituyen un plato básico de origen humilde y energético. Hoy es un manjar, indispensable en la carta de cualquier restaurante de comida casera que se precie. Y se sirve de las más variadas formas: como tapa, como acompañamiento, en tosta con un huevo de codorniz encima, etc…o como primer plato, como hemos hecho nosotros 😀

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Ingredientes

~40 minutos
6 Comensales
  1. 3Patatas nuevas grandes
  2. 3Chorizos picantes gallegos
  3. 3 DientesAjo
  4. 2 HojasLaurel
  5. Aceite de oliva virgen extra
  6. Sal

Paso a paso

~40 minutos
  1. 1

    Lavamos las patatas y las troceamos en trozos más bien grandes. Las cocemos en una olla grande con las hojas de laurel y un poco de sal. Cuando estén blanditas, las escurrimos y reservamos.

  2. 2

    Retiramos la piel a los chorizos, y los salteamos, mientras los desmenuzamos en una sartén. Reservamos

  3. 3

    Cortamos los dientes de ajo en láminas finas, y en la misma sartén donde hemos hecho los chorizos, y ya con el fuego apagado, doramos las láminas de ajo.

  4. 4

    Colocamos las patatas en una bandeja, incluimos el aceite con los ajos que teníamos reservados, y removemos para mezclar todo de manera homogénea. Y ponemos por encima “el sacramento”: el chorizo.

  5. 5

    A disfrutar!

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Caricatura gris dibujada a mano de una cámara y una sartén con estrellas saliendo de la sartén

Escrita por

Arianne
Arianne @Arianne
Esquinita verde de la Península Ibérica, llamada A Coruña
Me encanta recorrer el mundo en cada bocado.Apasionada del mar, de los viajes, de la astronomía y de los libros. Poco golosa pero exigente con la calidad de los productos. ¿El final perfecto de cualquier instante gastronómico? La buena compañía... tanto a la hora de prepararlo en la cocina, como al sentarse en la mesa. Porque disfruto cocinando con y para los míos; me encanta ese desafío de conectar con mis comensales, de compartir y de no sólo hacer disfrutar a las papilas gustativas. De crear, en definitiva, un momento, un recuerdo y un vínculo con los que quiero.
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