Mezclamos todos los ingredientes, pero añadiendo de a poco el agua, tiene que ser tibia, no caliente o les cocerá la harina y no quedará bien.

Amasamos hasta lograr una masa homogénea, suave y que se estire, pero sin ser pegote.
Ya que las medidas no siempre podrán ser iguales debido a que no todas las harinas absorben de la misma manera el agua, si nota que su masa está quedando muy dura, le hace hoyitos con los dedos y le agrega un poco de agua y amasa con ganas. Y si está muy pegajosa, lo mismo pero con harina.

Una vez lista nuestra masa, cubrimos con una bolsa limpia, alusa o un paño, pero dejándole espacio para que la masa crezca.
Debemos dejarla mínimo 40 minutos.

Comenzamos a estirar la masa, sin dejarla gruesa, más bien delgada.
La montamos en nuestra bandeja para horno, previamente aceitada o enmantequillada, le hacemos unos pocos hoyos a la masa con un tenedor, y llevamos al horno precalentado a 180° celsius aproximadamente.

Dejamos que se cosa sólo un poco la masa, la retiramos y agregamos todos los ingredientes que nos gusten, volvemos a llevar al horno, y a comer!
A mí me salieron 12 porciones contundentes y riquísimas!