En primer lugar, limpiamos el pollo de restos de grasa y vísceras que pueda tener.

Lo pasamos por debajo del grifo para limpiarlo bien y secamos con papel de cocina. Es muy importante que quede bien seco, para evitar que al hornearlo no comience cociéndose.

En un mortero, machacamos la pimienta negra y la sal, con esta mezcla untamos bien el pollo por todas partes, tanto por dentro como por fuera.

Cortamos el limón por la mitad y exprimimos un poco de su jugo por encima y dentro del pollo. Reservar el resto del limón.

En un vaso, mezclamos el AOVE con el tomillo. Con la ayuda de una brocha de cocina pintamos el pollo con la mezcla por dentro y fuera. Reservar el AOVE sobrante.

Colocamos el pollo en la bandeja del horno y metemos las mitades de limones en su interior. Añadimos también los dientes de ajo pelados y aplastados dentro del pollo.

Regamos el pollo con el AOVE con tomillo sobrante

En los últimos 15 minutos quitamos el papel aluminio para tostar un poco la piel y que quede súper crujiente.

Antes de servir el pollo, lo dejamos reposar fuera del horno tapado de nuevo con el papel de aluminio.

El resultado es una carne melosa y con una costra crujiente, un pollo tierno y jugoso. ¡¡ Que lo disfrutéis !!