Ponemos en agua fría las hojas de gelatina neutra y las dejamos unos diez minutos. Mientras en un cazo echamos el azúcar, la nata y la leche, cocinamos a fuego medio, removiendo de vez en cuando para que no se pegue.

Mientras en el vaso de la batidora echamos las galletas troceadas, os recomiendo echarlas mejor en un cuenco grande, yo tuve que cambiar el recipiente porque no cabía en el vaso. Agregamos al cazo la gelatina que estrujaremos para que no lleve agua y cocinamos unos minutos hasta que la gelatina se integre totalmente.

Vertemos el contenido del cazo en el recipiente donde están las galletas y trituramos todo muy bien para que no queden grumos. Añadimos el caramelo líquido y volvemos a triturar.

Llevamos la mezcla de nuevo al cazo y cocinamos 5 minutos a fuego medio sin dejar de remover. Echamos el contenido del cazo en los vasos que más nos gusten, dejamos templar y los llevamos a la nevera por lo menos 4 horas.

Ya tenemos nuestro postre listo. A la hora de servir lo decoramos con un poquito de galleta triturada y un chorrito de caramelo.