Preparamos todos los ingredientes. Molde a usar, redondo con chimenea, 16 cm. diámetro por 6 cm. de alto, todo el molde engrasado con margarina (no utilicen mantequilla) y espolvorear con abundante azúcar. Precalentamos el horno a 180 grados calor arriba y abajo, lo preparamos para hacer un baño María.

Separamos las claras de las yemas, utilizaremos 12 yemas y cuatro claras (el resto de las claras las pueden congelar, duran congeladas 30 días) Vamos a colar las yemas, en un bol ponemos un colador y dentro de este las yemas, rompemos con una cuchara las yemas y mezclamos levemente, sin apretar. Vamos a dejar que las yemas se vayan colando ellas solas. De vez en cuando movemos el colador para que sigan cayendo al bol.

Este proceso tardará unos 10’ no tengan prisa, no intenten mezclar las yemas para que caigan rápidamente porque al hacer eso también caerá la piel que envuelve las yemas y eso no puede suceder, este paso es muy importante. Cuando veamos que en el colador queda la piel que envuelve a las yemas, retiramos y desechamos lo que hay en el colador. En el bol de las yemas ponemos las cuatro claras de huevo, la esencia de vainilla

La leche de coco, el azúcar y mezclar todo muy bien, añadir un poco de colorante alimentario amarillo, mezclar

El coco rallado e incorporar todo muy bien

Poner el molde dentro de una bandeja (pondremos un poco de vinagre para que no se ponga negro por fuera el molde de aluminio) añadir agua hirviendo hasta la 1/2 del molde. Meter en el horno durante hora y media

Cuando lleve 1/2 hora en el horno veremos que la superficie se pone dorada, tenemos que tapar el pastel con papel de aluminio hasta que esté totalmente cocido). Empezaremos a comprobar con aguja a la hora y cuarto de cocción, si la aguja sale seca pero la punta está húmeda tendremos que dejar que siga cociéndose hasta que salga totalmente seca.