Empezaremos por limpiar los calamares, quitándoles la cabeza, los tentáculos y las aletas. Reservaremos, pues lo utilizaremos como relleno. Al cuerpo le daremos la vuelta, es decir lo de fuera lo pondremos hacia dentro, luego os explicaré el porqué.

Una vez hecho todo este proceso, de quitarles la piel y separar esas partes, pondremos una olla con agua a hervir. Le pondremos sal.

Una vez que empieza a hervir pondremos los calamares limpios. Dejaremos un minuto que estén en ese agua caliente.Esto lo haremos para que el calamar una vez esté relleno no reviente y se abra.

Veréis como el calamar cuando se pone en el agua hirviendo se hincha y la obertura que tiene se cierra. De esta forma conseguimos que el relleno del calamar no se escape.

Pasado el minuto en agua los sacaremos y los pondremos ha escurrir.

Por otro lado haremos el relleno.

En una sartén con 4 cucharadas de aceite freíremos la cebolla y el ajo, que previamente hemos cortado en bronoise. En ese proceso incorporaremos un chorrito de vino blanco.

Cuando el vino se haya consumido y la cebolla esté pochada, pondremos la carne picada. Dejaremos hacer y a continuación pondremos los trocitos de calamar que habíamos reservado. Mezclaremos todo bien, y dejaremos que se hagan junto con la carne. Incorporaremos ajo y perejil fresco, sal y pimienta al gusto

Cuando esté el sofrito, apagaremos el fuego. Por último añadiremos los huevos duros, que rallaremos. Volveremos a mezclar

Una vez que temple el sofrito, empezaremos a rellenar los calamares con mucho cuidado de no romperlos, e iremos reservando hasta el momento de hacer a la plancha.