En un recipiente calentar la leche y el agua en la que disolveremos la levadura de cerveza y el azúcar.
Por separado, combine las harinas (solo usé Manitoba), la miel y el huevo, agregando cada ingrediente, uno a la vez.
Mientras amamos la masa, además los líquidos (agua, leche, azúcar y levadura preparados previamente) y amamos hasta su total absorción.

Agrega la sal, el aroma de clavo (opcional, no los tenía en casa) y finalmente la mantequilla ablandada poco a poco.

Mezcle todos los ingredientes amasando durante unos 20 minutos si trabaja con las manos y 10 minutos si utiliza una batidora planetaria.
Antes de dejar reposar nuestra masa, hacemos una serie de dobleces incorporando aire y haciéndola cada vez más elástica. Lo colocamos en un recipiente cubierto con un paño de algodón o film transparente en el horno con la luz encendida durante unos 15 minutos.
Repita la operación dos veces más

Entonces, un total de tres pliegues cada 15 minutos.

Después de 45 minutos de pliegues, colocamos nuestra masa en un recipiente tapado con film y dejamos que suba hasta que haya doblado su volumen (al menos una hora dentro del horno con la luz encendida)

Ahora hagamos nuestros deliciosos y fragantes bocadillos.

Tomamos unos 80 gramos de masa por cada sándwich, lo doblamos bien y lo pirliamo antes de colocarlo en la sartén forrada con papel pergamino.

Las formas están a voluntad. Opté por el clásico sándwich redondo pero aquí reina tu imaginación.
Pero ten cuidado de no estresar la masa !!!! ¡Cuanto menos trabajes, mejor será el resultado! Contraseña, delicadeza!
Después de darle las formas deseadas a nuestros bocadillos tapamos la sartén y dejamos reposar otros 40/60 minutos. En este tiempo, veremos que nuestros bocadillos aumentan de volumen.

Pasado el tiempo de la levadura, cepille nuestros sándwiches ya sea con yema de huevo, o con yema de huevo y leche o simplemente con leche (opté por solo leche, manteniendo así un color más claro a los sándwiches)

Horneamos a 200/220 durante unos 15 minutos con un horno estático. La temperatura y el tiempo van según el horno. Con el mío cociné los sándwiches a 200 grados.

Tan pronto como están fuera del horno, todavía muy calientes, volvemos a cepillar con leche el dorso de nuestros bocadillos.