Limpia bien las fresas bajo el agua del grifo, quítales el tallo verde y pártelas por la mitad o en tres trozos dependiendo del tamaño de cada una. Colócalas en la batidora y tritúralas.

En un bol pon los dos yogures griegos y añade las fresas trituradas pasándolas por un colador fino para que no notes las semillas de las fresas al comer la mousse. Bate bien con las varillas eléctricas. Añade una cucharadita de postre de stevia líquida y mézclala también.

En otro bol, que habrás guardado en la nevera hasta este momento, pon la nata para montar y bate con las varillas limpias hasta que tome cuerpo. Cuando la tengas bien firme, añade la mezcla anterior en pequeñas cantidades y mezclándola con movimientos envolventes. Añade un poco más y sigue mezclando. Ve añadiendo esta mezcla hasta obtener la textura que desees. Si la quieres más espesa añade menos y al revés.

Si te sobra mezcla de yogur con fresas no te preocupes porque añadiéndole un poco de leche y pasándolo por la batidora tendrás un batido de fresa riquísimo.

Ya lo tienes listo para servir. Puedes hacerlo sirviéndolo en unas copas vistosas con la ayuda de una manga pastelera y adornado con unas láminas de fresa y unas hojitas de menta. Fría en la nevera unas horas la tendrás a punto para disfrutar