Ensaladilla de langostinos

Arianne
Arianne @Arianne
Esquinita verde de la Península Ibérica, llamada A Coruña

Estoy de acuerdo, nos dividimos en dos. Estamos los que no nos gustan las sorpresas, y somos como los que pronostican el tiempo —siempre con un dedo levantado para saber la dirección del viento—. Mientras otros, sois el tiempo: os movéis como queréis, sin preocuparos ni preguntaros para qué ni por qué.
Por ejemplo, antes de ir a Venecia, propusiste movernos por la ciudad sin mapa, pasear sin rumbo y, perdernos para descubrir algo inesperado y mágico a la vuelta de cada esquina —en plan romántico, insististe—. Pero eso es muy poco eficiente ya que sabía que no serías feliz si no veías el puente de los suspiros, el Bellini en San Zaccaria, o si no encontrabas un pequeño bar de cicchetti. Sabía que no te gustaría toparte con las oficinas de hacienda detrás de la primera esquina, ni menos aún con un callejón lleno de turistas con sus móviles en mano, detrás de la segunda. Y no pasó nada de eso, porque durante dos semanas me dediqué a estudiar todas las guías de Venecia, para que aparentemente paseáramos sin rumbo. Y tuvimos la suerte de toparnos con la preciosa iglesia de la Madonna dell'Orto, donde nos sumergimos en Tintoretto y Bellini y, dimos por casualidad con un precioso bar muy poco frecuentado. Fue un viaje perfecto y, desde tu punto de vista: una increíble sucesión de mágicas casualidades. Y fue así porque tú eres es el tiempo, mientras que yo soy la meteoróloga. Tú crees en el destino, mientras que yo soy el destino.

#BeMyValentine
#CUPIDO

Ensaladilla de langostinos

Estoy de acuerdo, nos dividimos en dos. Estamos los que no nos gustan las sorpresas, y somos como los que pronostican el tiempo —siempre con un dedo levantado para saber la dirección del viento—. Mientras otros, sois el tiempo: os movéis como queréis, sin preocuparos ni preguntaros para qué ni por qué.
Por ejemplo, antes de ir a Venecia, propusiste movernos por la ciudad sin mapa, pasear sin rumbo y, perdernos para descubrir algo inesperado y mágico a la vuelta de cada esquina —en plan romántico, insististe—. Pero eso es muy poco eficiente ya que sabía que no serías feliz si no veías el puente de los suspiros, el Bellini en San Zaccaria, o si no encontrabas un pequeño bar de cicchetti. Sabía que no te gustaría toparte con las oficinas de hacienda detrás de la primera esquina, ni menos aún con un callejón lleno de turistas con sus móviles en mano, detrás de la segunda. Y no pasó nada de eso, porque durante dos semanas me dediqué a estudiar todas las guías de Venecia, para que aparentemente paseáramos sin rumbo. Y tuvimos la suerte de toparnos con la preciosa iglesia de la Madonna dell'Orto, donde nos sumergimos en Tintoretto y Bellini y, dimos por casualidad con un precioso bar muy poco frecuentado. Fue un viaje perfecto y, desde tu punto de vista: una increíble sucesión de mágicas casualidades. Y fue así porque tú eres es el tiempo, mientras que yo soy la meteoróloga. Tú crees en el destino, mientras que yo soy el destino.

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Paso a paso

40 minutos
  1. 1

    Hacemos el puré y mientras hervimos los langostinos, los pelamos y los partimos en 2 o 3 trozos. Hacemos también los huevos en la airfryer.
    En un bol, mezclamos todos los ingredientes.

  2. 2

    Emplatamos en cuencos pequeños y espolvoreamos el sésamo y las semillas de amapola.

  3. 3

    A disfrutar!

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Caricatura gris dibujada a mano de una cámara y una sartén con estrellas saliendo de la sartén
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Arianne
Arianne @Arianne
Esquinita verde de la Península Ibérica, llamada A Coruña
Me encanta recorrer el mundo en cada bocado.Apasionada del mar, de los viajes, de la astronomía y de los libros. Poco golosa pero exigente con la calidad de los productos. ¿El final perfecto de cualquier instante gastronómico? La buena compañía... tanto a la hora de prepararlo en la cocina, como al sentarse en la mesa. Porque disfruto cocinando con y para los míos; me encanta ese desafío de conectar con mis comensales, de compartir y de no sólo hacer disfrutar a las papilas gustativas. De crear, en definitiva, un momento, un recuerdo y un vínculo con los que quiero.
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