Para empezar ponemos las claras en un cuenco junto con el azúcar y un chorrito de agua fría de la nevera. Batimos todo muy bien hasta que sale como un merengue. Añadimos la harina las semillas de amapola y la levadura. Después mezclamos poco a poco con una espátula de arriba hacía abajo para que no baje.

Después partimos la mezcla en dos bandejas (las mías son de IKEA 32/23) encima de papel de hornear. La ponemos al horno precalentado a 200 g durante 15 minutos.

Mezclamos sin parar para que no haga grumos y esperar que cuaje. Una vez cuajado echamos el jugo de limón. Cuando se enfríe (que este tibia) añadimos la mantequilla y mezclamos bien.

En una olla ponemos 300 ml de leche a calentar. En un vaso hondo ponemos los huevos y el azúcar y lo batimos bien. Después añadimos la vainilla la maizena y echamos todo encima del leche y bajamos el fuego.

Para hacer el glaseado ponemos el chocolate a derretir en una olla pequeña luego añadimos la mantequilla y la nata. Dejamos 10 minutos a fuego medio y luego apartamos. Es mejor ponerla a la nevera por un par de horas.

Empezamos a montar. Cogemos los bizcochos y los partimos por la mitad. Ponemos un bizcocho unas cuantas cucharada de crema. Otro bizcocho otra parte de crema hasta acabar los bizcochos. Al final encima del último bizcocho echamos el glaseado frío. Para darle una forma un poco aparte coger un tenedor y pasarlo por encima. Dejamos en la nevera unas horas.

Buen provecho.