Empezaremos la receta, eliminando el exceso de grasa de las carrilleras. Les haremos un corte en la parte más gruesa para ayudar a su cocción, las salpimentaremos y rebozaremos en harina.

Pondremos una cazuela al fuego con un chorrito de aceite y cuando esté caliente, añadiremos la carne, la dejaremos dorar por los dos lados, y cuando estén doradas, las retiraremos y reservaremos.

Mientras se vayan dorando, prepararemos las hortalizas.

Pelaremos y picaremos la cebolla y el ajo y los reservaremos.

Lavaremos y picaremos los pimientos, desechando el tallo y las semillas y los reservaremos.

Rascaremos, lavaremos y picaremos en trocitos pequeños la zanahoria y la reservaremos.

En la misma cazuela donde hemos dorado la carne, añadiremos la zanahoria y los pimientos y dejaremos que se vayan pochando.

Incorporaremos la cebolla y el ajo, removeremos y dejaremos terminar de pochar. A continuación, agregaremos el tomate, la hoja de laurel y la sal al gusto.

Dejaremos que se termine de hacer el sofrito.

Añadiremos las carrilleras, junto con el vaso de vino y el chorrito de brandy y dejaremos que se vaya reduciendo el alcohol.

Incorporaremos el caldo y dejaremos cocer a fuego bajo, hasta que la carne esté tierna, este proceso tardará aproximadamente 2 horas.

Mientras tanto, os recomendamos que cuando lleve un rato haciéndose, probéis su sabor para ver si debéis rectificar el punto de sal, o en el caso que fuera necesario añadir más caldo o agua.

Cuando tengamos la carne en su punto, la retiraremos y con la ayuda de una batidora, trituraremos la salsa con las verduras, hasta que nos quede una salsa espesa.

Colaremos la salsa y la volveremos a incorporar en la cazuela junto con la carne.

Dejaremos cocer la carne junto con la salsa, durante 5 minutos más, para que se caliente.

En el caso, que os guste una salsa más líquida, podéis añadir un poco más de caldo.

Es recomendable cocinarlo de un día para otro, ya que su sabor se intensificará y quedará mucho más gustoso.