Primero pesamos todos los ingredientes y los llevamos a la heladera, incluido los secos (harina, p. de hornear y la sal) por aproximadamente 1 hora. Es importante que los ingredientes estén fríos al momento de realizar la masa, así obtendremos un buen resultado.

Sobre la mesada ponemos los ingredientes secos tamizados y los cubos de manteca fría formando un arenado con ayuda de un cornet o frotando con las manos, después integramos el queso rallado. Luego hacer una corona y en el centro colocamos los líquidos (huevo, crema y leche). Formar la masa, pero ojo! solo uniendo bien los ingredientes, NOO hay que amasar!! Refrigerar la masa como mínimo 1 hora o hasta el momento de armar los scones.

Estirar la masa y doblarla sobre sí misma. Volver a estirar de unos 2 cm de espesor y cortamos con cortante redondo o hacemos triangulitos con cuchillo, pueden jugar con las formas que quieran para salir de lo clásico ;).
En una placa enmantecada/con papel manteca o lámina antiadherente colocamos los scones separados entre sí porque van a crecer. Llevar la fuente a la heladera en lo que precalentamos el horno 10 minutos a 170°.

Los horneamos unos 20 a 25 minutos o hasta que la superficie adquiera un tono dorado al igual que la base.
Una vez cocidos dejar enfriar y a disfrutar!! A los pocos minutos desaparecen por arte de magia ;)