Bizcocho:
primero batimos los huevos con el azúcar por 5 minutos a velocidad alta hasta que espumen y queden más blancos los huevos, después añadimos el aceite mientras se sigue batiendo con la esencia de vainilla en otro bowl tamizamos la harina, el cacao y el polvo de hornear con una pizca de sal y añadimos a la mezcla hasta integrar muy bien, por último agregamos el agua y batimos hasta que se mezcle y quede una masa bastante líquida pero homogénea.

En un molde ponemos papel manteca en la base y lo mandamos aún horno precalentado a 170/180º C durante 45/50 minutos dependiendo el horno hasta que pinchemos con un palito o un cuchillo y salga seco. LO pueden comer así tranquilamente que sin relleno de igual forma es riquísimo ya que es un bizcocho súper húmedo, si lo quieren rellenar puede ser con dulce de leche repostero o crema.

BAÑO ESPEJO:
Primero hidratamos la gelatina con los 60 ml de agua. Después vamos a calentar el azúcar glass con los 125 ml de agua hasta que hierva y tenga muchas burbujas en la superficie, apagamos el fuego y añadimos el chocolate un poco troceado hasta que se derrita totalmente, agregamos el cacao junto con la crema y revolvemos muy bien. Por último metemos la gelatina hicdratada hasta que se desintegre.

Colamos toda la preparación y es muy importante tener termómetro de cocina porque sí o sí tenemos que esperar a que llegue a los 30 grados para poder usarla, pero la torta debe de estar congelada para poder usarla congelada por lo menos una o dos horas antes para que este súper fría. Pueden poner como una especie de plato o llenar la mesada de film para no tener que tirar el chocolate y apoyamos la torta como por ejemplo sobre una taza o algo similar que no toque los bordes de la torta.

Una vez todo cubierto para emprolijar cuando deja de gotear sacamos las goteras con un cuchillo y ponemos en el lugar definitivo. Para decorar arriba por ser de San Valentín le puse grajeas de corazón y las líneas están hechas de un poquito de ganache de chocolate blanco con colorante rosa.