Lo primero es cortar en trozos no muy grandes el lomo magro de cerdo. Más o menos como en la imagen, y que queden limpios de grasa y pitracos.

Ahora es el momento de añadir la masa de tempura a la carne, hay que mezclarlo muy bien.

Ponemos abundante aceite de girasol en una sartén y cuando esté muy caliente empezamos a rebozar los trozos de cerdo en diferentes tandas. Os aconsejo echarlos a la sartén con una cuchara cuidadosamente.

Cuando estén ligeramente dorados los vamos sacando con una espumadera y los colocamos sobre papel absorbente en un plato, para eliminar el exceso de aceite.

Seguidamente vamos a preparar las verduras. El truco para que queden "al dente"es trocearlas como en la foto y saltear las sin nada de aceite ni sal en la sartén hasta que cambien un poco de color, pero que no se pochen. Una vez listas ya podemos ponerles la sal, así no perderán sus jugos y estarán crujientes.

La última elaboración es la salsa agridulce. Para ellos agregamos a una cazuela mediana el azúcar, la soja, el vinagre, el jugo de la piña en rodajas y el ketchup. Vamos removiendo y cuando empiece a hervir incorporamos poco a poco la maicena disuelta en un poco de agua. Bajamos el fuego y seguimos removiendo hasta que consigamos una textura suave y brillante.

Ya solo tenemos que poner la carne en la sartén junto con las verduras y añadir la salsa por encima. Removemos a fuego lento hasta que se mezclen bien todos los elementos.

Si es de vuestro gusto os recomiendo que le pongáis un par de rodajas de piña en su jugo troceadas, funciona a la perfección en este plato. A nosotros nos encanta.