Para la masa, en un recipiente mezclamos harina, sal y polvo de hornear. Luego le añadimos aceite y agua, y empezamos a integrar todo con la mano.

Cuando se forme una masa que no se pega, la ponemos sobre una superficie y amasamos por 5 minutos hasta que esté suavecita. La dejamos reposando en el recipiente.

Ponemos a hervir la pechuga en agua con sal y pimienta (pueden agregarle otra especia que les guste). Mientras tanto, vamos lavando y cortando las hojas de espinaca (preferiblemente en agua con vinagre o bicarbonato), el cilantro y los champiñones.

Pasados aproximadamente20 minutos, sacamos la pechuga para que se enfríe y poder desmenuzarla. Mientras tanto, hacemos la salsa bechamel.

Para la salsa, ponemos a derretir la mantequilla y sofreímos el ajo y la cebolla (picados finamente). Cuando la cebolla esté un poco transparente, añadimos la harina y revolvemos por un minuto. Luego agregamos de a poco la leche sin dejar de revolver, hasta que espese. Ponemos sal, orégano y pimienta.

Ya con todo listo, precalentamos el horno a 450°F. Tomamos la masa y la extendemos muy bien con un rodillo hasta lograr el tamaño y el grosor deseado, después lo pasamos al molde en donde lo vamos a hornear, previamente engrasado para evitar que se pegue (yo usé un molde rectangular de 27 por 30 cm porque no tenía de pizza y me alcanzó para cubrirlo todo).

Primero pueden untarle un poco de salsa de tomate o pasta de tomate, pero es totalmente opcional. Ponemos la salsa bechamel, un capa de queso, una de pollo, la espinaca, los champiñones, el cilantro y otra capa de queso.

Llevamos al horno por 18 minutos, dejamos enfriar unos 5 minutos y listo. ¡A disfrutar!