En un cuenco grande ponemos la carne picada y le añadimos el ajo y perejil picado, pimienta, huevos y un puñadito pequeño de sal. Mezclamos bien, como mejor se hace es con las manos limpias o mejor con unos guantes finos. Añadimos un vaso pequeño de pan rallado y seguimos mezclando bien los ingredientes.

Transcurrido el tiempo de reposo, ya podemos ir haciendo cada albóndiga. En un vasito, taza... ponemos una cucharada de harina y echamos una bolita de carne más o menos pequeña según nos gusten. Movemos el vaso a los lados, arriba, abajo hasta que nos quede bien redonda e impregnada en harina.

Con un poco de paciencia vamos haciendo todas... para 1 kg de carne salen unas 35 albóndigas medianas.

Freímos en abundante aceite.

Las vamos sacando y poniendo en papel de cocina para que absorba todo el aceite.

Hacemos el sofrito para la salsa. Ponemos la cebolla y laurel, pasados unos minutos añadimos el champiñón y zanahoria. Dejamos otros pocos minutos y ponemos harina para que espese después la salsa. Damos unas vueltas y echamos el tomate frito. Después el vino. Removemos bien y dejamos evaporar.

Añadimos el caldo al sofrito y cuando esté hirviendo incorporamos las albóndigas.

Tapamos y dejamos a fuego lento unos 30-40 minutos para que queden bien jugosas las albóndigas.

Podemos servirlas acompañadas en unas patatas fritas, sobre todo si hay niños en casa :-)

Emplatamos y ponemos la cantidad a gusto de cada comensal.