La paciencia nos espera en la cocina (...). El tiempo y la espera son sus distintivos. Nadie como ella para las recetas de mermeladas que requieren que estemos cerca de la olla removiendo tranquilamente, a fuego muy lento, escuchando la cocción y confiados en dar con el punto exacto de transformación de la fruta en confitura.
Si el estrés te está haciendo mella, si crees que no puedes parar y no lo haces por más que el cansancio se presente, si no te apetece mucho salir… pues la respuesta que buscas la tiene Doña Paciencia. Este es un momento que invita a encubar ideas, no gripes ni virus. Lo que sucede es que para hacerlo hace falta eso de lo cual justamente carecemos: tiempo. Por si todo esto fuera poco, no se trata de una receta infalible.
Doña Paciencia mira a lo lejos, quizás vea lo que nosotros no somos capaces de entrever y en su horizonte se le dibuja una imagen clara . A todos nos pasa que veces vemos algo que resulta un ancla en la que nos detenemos. Ese áncora puede ser una palabra, una idea, una indicación, un recuerdo. Podemos leer una receta y que en ese instante nos venga a la memoria el momento en que otras mujeres, una amiga, nuestra madre o nuestra abuela, una hermana quizás, cocinaba y esa memoria nos lleva lejos, más lejos aún. La paciencia se deja llevar y se dispone a observar.
MERMELADA DE PASIONES SUBLIMADAS
Jimena Fernández Pinto