Mermelada de mandarina

Pablo
Pablo @pabloenrique1
Buenos Aires

Invierno, estación de cítricos. Mi amigo Fede me ha cedido gentilmente muchas mandarinas de su árbol para probar esta mermelada, que dicho sea de paso es de la que más me gustan.

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Ingredientes

2 hs
  1. 500 grsazúcar blanca
  2. 1 kgmandarinas
  3. 1limón pequeño, o 1 manzana, o pectina (opcional)

Paso a paso

2 hs
  1. 1

    Primeramente lavamos las mandarinas con cepillo para quitar la suciedad y elementos extraños.

  2. 2

    Luego extraemos el flavedo (la cáscara) dejando intacto lo más posible el albedo (la parte blanca) ya que esta última es la que le da amargor. Esta es la única parte de la fruta que no vamos a utilizar.

  3. 3

    Seguidamente sacamos todo el albedo dejando expuestos los gajos.

  4. 4

    Vamos cortando la parte más dura del hollejo y retirando todas las semillas. Reservamos éstas últimas, poniéndolas en una bolsita de tela o lienzo, ya que son las que nos darán la pectina necesaria para gelificar. La mandarina es uno de los cítricos que contiene menos pectina, así que si queremos una mermelada bien espesa tendremos que agregar un limón pequeño, manzana o pectina en polvo. Yo no le puse nada, quedó bastante suave.

  5. 5

    Cortamos los gajos en trozos más chicos. Procesamos o cortamos finamente en juliana las cáscaras. Yo uso casi todas, solo deshecho las que no están buenas. Mezclamos los gajos con las cáscaras y pesamos para definir la cantidad necesaria de azúcar. Mi versión de las mermeladas llevan alrededor de 50%de azúcar por cantidad de fruta lista para cocinar.

  6. 6

    Ponemos la preparación en la olla junto con la bolsita de semillas y estrujamos un poco para que vaya desprendiendo el jugo. Si no fueran muy jugosos los frutos, agregamos un poco de agua hasta tapar. Hervimos unos 45 minutos hasta que las cáscaras se ablanden bastante y reduzca el agua. Luego retiramos las semillas.

  7. 7

    Seguidamente agregamos el azúcar y ponemos a fuego medio. Como tarda bastante en espesar, no menos de 30 o 40 minutos. A veces es necesario más tiempo. Al mismo tiempo esterilizamos los frascos hirviéndolos por 20 minutos, dejándolos en el agua caliente hasta unos momentos antes de envasar, ya que éste se realiza en caliente.

  8. 8

    Una vez encontrado el punto deseado, apagamos el fuego. Dejamos enfriar un par de minutos, mientras los frascos se secan y procedemos al envasado. Llenamos los frascos hasta casi el borde, tapamos bien y los ponemos boca abajo para que se genere el vacío. Si no los vamos a consumir enseguida y queremos que nos duren más tiempo, podemos ponerlos a hervir unos 20 minutos.

  9. 9

    Eso es todo. Buen apetito!

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Comentarios (8)

Claudia Juarez
Claudia Juarez @cook_25851701
Me encantó la receta y la prolijidad en la redacción.
El texto final es muy interesante; casi un poema😁.
Saludos desde Tucumán, Argentina.

Escrita por

Pablo
Pablo @pabloenrique1
Buenos Aires
La paciencia nos espera en la cocina (...). El tiempo y la espera son sus distintivos. Nadie como ella para las recetas de mermeladas que requieren que estemos cerca de la olla removiendo tranquilamente, a fuego muy lento, escuchando la cocción y confiados en dar con el punto exacto de transformación de la fruta en confitura.Si el estrés te está haciendo mella, si crees que no puedes parar y no lo haces por más que el cansancio se presente, si no te apetece mucho salir… pues la respuesta que buscas la tiene Doña Paciencia. Este es un momento que invita a encubar ideas, no gripes ni virus. Lo que sucede es que para hacerlo hace falta eso de lo cual justamente carecemos: tiempo. Por si todo esto fuera poco, no se trata de una receta infalible.Doña Paciencia mira a lo lejos, quizás vea lo que nosotros no somos capaces de entrever y en su horizonte se le dibuja una imagen clara . A todos nos pasa que veces vemos algo que resulta un ancla en la que nos detenemos. Ese áncora puede ser una palabra, una idea, una indicación, un recuerdo. Podemos leer una receta y que en ese instante nos venga a la memoria el momento en que otras mujeres, una amiga, nuestra madre o nuestra abuela, una hermana quizás, cocinaba y esa memoria nos lleva lejos, más lejos aún. La paciencia se deja llevar y se dispone a observar.MERMELADA DE PASIONES SUBLIMADASJimena Fernández Pinto
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