Salmorejo cordobés (de la abuela Sotillo)

Arianne
Arianne @Arianne
Esquinita verde de la Península Ibérica, llamada A Coruña

Mi abuela Sotillo, de hondas raíces cordobesas, era una apasionada de su cocina tradicional, y junto al gazpacho y a los flamenquines, este era su plato estrella en verano. A ella le gustaba incorporar los ingredientes poco a poco, para obtener la consistencia adecuada, pero a veces, le entraban las prisas y acababa echándole hielo, porque le gustaba todo frío.
#recetasconalma

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Ingredientes

15 min
4 vasos
  1. 1,5 Kgtomates maduros
  2. 3 dientesajo
  3. 300 gbollo (pan de hogaza)
  4. 200 mlaceite de oliva virgen extra
  5. 1,5 cucharadassal
  6. 1por persona huevo de corral cocido

Paso a paso

15 min
  1. 1

    Pelamos los tomates y los troceamos para que al triturarlos en la batidora de mano, sea más rápido.

  2. 2

    Trituramos hasta obtener una mezcla homogénea.

  3. 3

    Troceamos 4 rebanadas de bollo, y las añadimos en la batidora de mano a trocitos, esperamos unos minutos a que se impregnen del tomate. Y trituramos.

  4. 4

    Pelamos y añadimos los ajos -previamente los hemos pasado por el machacador de ajos-, de esta manera, conseguimos que los ajos queden totalmente integrados. Reservamos en nevera.

  5. 5

    Cocemos huevos y los pelamos. Y al servir el salmorejo frío, se le añade un huevo cocido picado y un chorrito de aceite de oliva virgen extra.

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Caricatura gris dibujada a mano de una cámara y una sartén con estrellas saliendo de la sartén

Comentarios (2)

Mabi
Mabi @Mabi
Que rico!! Pega súper bien para una cena fresquita!! Muchas gracias por compartir la receta!!🥰🥳🥰👏💃🏻🥳🥰

Escrita por

Arianne
Arianne @Arianne
Esquinita verde de la Península Ibérica, llamada A Coruña
Me encanta recorrer el mundo en cada bocado.Apasionada del mar, de los viajes, de la astronomía y de los libros. Poco golosa pero exigente con la calidad de los productos. ¿El final perfecto de cualquier instante gastronómico? La buena compañía... tanto a la hora de prepararlo en la cocina, como al sentarse en la mesa. Porque disfruto cocinando con y para los míos; me encanta ese desafío de conectar con mis comensales, de compartir y de no sólo hacer disfrutar a las papilas gustativas. De crear, en definitiva, un momento, un recuerdo y un vínculo con los que quiero.
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