Poner el agua filtrada a hervir en una cacerola.

Cuando hierva, echar la harina, bajar a fuego bajo, añadir la manzanilla y cocinar durante unos 5 minutos o hasta que el líquido se evapore total o casi totalmente, removiendo constantemente. Después dejar enfriar la mezcla.

Echar la mezcla en una batidora potente junto con el ajo, el zumo, el sésamo, el comino, el pimentón y el aceite de girasol que se considere para obtener una masa no muy líquida, pues buscamos una consistencia más o menos cremosa. Batir hasta que quede homogéneo. Añadir algo más de agua poco a poco si se considera necesario.

Opcional pero para mí recomendable, darle al hummus un toque de horno de al menos unos 30 minutos a 200º. Esto lo hará algo más seco y consistente y mejorará su sabor, pues, al menos para mí, un hummus de harina no sabe especialmente bien.

Decorar opcionalmente como se prefiera y también opcionalmente enfriarlo en la nevera durante al menos unas 4 horas para hacerlo más consistente y servir.