En una sartén con aceite doramos el pollo salpimentado por igual y por todas partes, retiramos el pollo cuando este bien dorado, en esa misma grasa rehogamos la cebolla y pimiento junto con la hoja de laurel hasta que estén bien pochados.

Añadimos de nuevo el pollo y el vino, cuando vemos que está evaporado el alcohol ponemos el pimentón (regula la cantidad según te guste más o menos picante). Damos una vuelta y añadimos el tomate, las hierbas y el vinagre, hay que dejar que la salsa de tomate espese y reduzca mientras se va guisando el pollo.

Si ves que se está quedando demasiado seco el guiso antes de que el pollo esté tierno, tendremos que poner un poco de caldo, aunque es mejor no ponerlo para que la salsa resulte bien concentrada.
El plato debe estar listo en una media hora.