Disuelve la levadura en la mezcla de leche con el azúcar y el agua. Deja reposar tapado. Mientras en un bol mezcla las harinas, con el huevo, el aceite y la sal.

Cuando a empezado a trabajar la levadura añade la mezcla al bol con la harina y amasa hasta conseguir que sea homogénea, elástica y suave poco pegajosa. Deja reposar en bol aceitado tapado con papel film en un lugar cálido bien abrigado 😉 durante una hora al menos. Cuando a doblado su volumen amasa suavemente para quitar el aire de la masa, separa en 15 porciones y forma bolitas con cada una. Déjalas en una bandeja separadas entre sí a reposar 30 minutos.

Cuando han vuelto a doblar su volumen, píntalos con la yema de huevo. Espolvorea un poco de semillas de sésamo y lleva cada bandeja a horno previamente calentado a 180° con calor arriba y abajo. Hornea 25-30 minutos.

Cuando han adquirido un color ligeramente dorado están listos. Ya tienes un panecillo esponjoso listo para disfrutar con el relleno que más te guste.