(χ) —Diario de mi Yorky—

Me he librado y aún no me lo creo. Antes de que me abandonaran a mi suerte, en Vilalba, en casa de unos amigos, porque se marchaban a Catalunya, querían llevarme a la veterinaria, para la revisión de mi pancreatitis.
Yo eso, en realidad, no lo sabía, me enteré más tarde, cuando vinieron a recogerme de lo que ellos llamaron, eufemísticamente: campamento de verano —entiéndase: la casa de los amigos de Vilalba—, pero que no fue más que un abandono completo y absoluto por su parte. O me van a decir que en aquella parte de España, no hay hoteles petfriendly; a ver, que si tienen que pagar la tasa de perro-turista, como la tienen que pagar ellos, pues que lo hagan, pero que le llamen a las cosas por su nombre: aquello fue un abandono.
Pero bueno, que yo venía aquí a contar que en estos días calurosos —y también, debido al abandono sufrido—, he perdido peso. Ya no soy más: la Gordita. Mi madre dice que estoy hecha un figurín, pero tiene la falsa creencia que engordaré de nuevo, ya que viene el primo de León y aún tenemos las vacaciones pendientes. Mentira. Yo de aquí, a la pasarela de Milán.
Tonta del todo no soy, así que sé que esto de sin_Vet no será definitivo y, seguro que planearán alguna estratagema para salirse con la suya pero, de momento, esta batalla la he ganado yo. Sin _Vet y flaca… Soy un crack.

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