Lo primero que vamos a hacer es prender el horno y establecer su temperatura en 180°C. Engrasamos un molde de 26 cm. de diámetro y reservamos.

Separamos las claras de las yemas. Reservamos el bowl con claras. En el bowl de las yemas incorporamos la mitad del azúcar (100 gr), la leche, el aceite, el jugo y la ralladura de limón. Batimos 2 minutos a mano o uno con batidora eléctrica. Incorporamos la premezcla y el polvo de hornear, batimos hasta que no haya grumos. Reservar

Aparte vamos a batir las claras a nieve junto la pizca de sal. Cuando estén espumosas y blancas comenzamos a agregar el azúcar (los 100 gr. restantes) de a poquito y forma de lluvia, nunca dejamos de batir. Batimos hasta que se forme un merengue bien duro, si damos vuelta el bowl no se tiene que caer.

Ahora llegó el momento clave: Con cuchara de madera y mucha suavidad incorporamos la mezcla 1 (yema, aceite, etc.) a la mezcla 2 (merengue). Lo hacemos poniendo unas cucharadas de mezcla 1 e integrando con movimientos envolventes. No debemos romper las burbujas de aire que se formaron con el batido y le darán estructura a nuestro bizcochuelo. Una vez terminado este proceso, ponemos la masa en el molde engrasado y llevamos al horno por 40 minutos.