Mezclamos los ingredientes de la primera parte, primero las harinas y la sal y mezclamos. Aparte en el agua (medida la cantidad previamente) disolvemos la levadura fresca. Y luego vamos añadiendo el agua poco a la mezcla de harinas y vamos moviendo hasta que se hace una masa. Dejamos en un bol reposando con film transparente. Yo lo dejé 4 horas, y duplicó su tamaño. Volví a mover (sin amasar mucho).

Seguidamente añadimos encima las harinas de la segunda parte junto con la sal y la levadura seca y movemos. Y añadimos encima el agua. Movemos hasta que se vamos uniendo con la masa anterior. No amasamos mucho ya que la espelta no se puede amasar demasiado, lo justo para mezclar bien todo. Hacemos una masa y volvemos a dejar reposar, esta vez una o dos horas.

Preparamos el horno poniéndolo a precalentar a 240 grados, y le metemos en la parte de abajo alguna bandeja o cacerola (yo use una de barro) con agua para que humedezca la cocción. Preparamos aparte en la bandeja del horno en papel vegetal untado con un poco de aceite y ponemos encima la masa de pan, echamos otro chorrito al pan y le damos la forma que queramos.

Podemos hacerle algunos cortes como más nos guste y añadirle por encima las semillas. Para que se adhieran yo me moje las manos con agua y humedeci levemente la superficie del pan antes de echarle las semillas y luego presione levemente para que la masa las cogiera. También sacudí un poquito de agua por encima para darle humedad (así se queda más crujiente). Metemos en el horno precalentado primero 20 minutos a 240 y luego otros 20 a 160. Y listo!

Esperamos a que se enfríe para probarlo que si no se deshace. Podéis cortar en rodajas y congelar para sacar rebanadas cuando os apetezca (y se ponen encima de la tostadora directamente). O gastarlo en unos días (dura bien unos 5 días, no he probado más días porque dura poco en casa, esta buenísimo!!!) Igualmente siempre antes de usarlo lo tostamos (aunque tarda más que otros panes en tostarse) para que quede crujiente y esté más rico.