Primero hacemos el arroz. Para ello, lo pasamos bajo el chorro de agua del grifo muchas veces para lavarlo bien. Ponemos 400 ml de agua en una olla y llevamos a ebullición.

Añadimos el arroz y lo dejamos cocer hasta que esté el el punto que nos guste. Colamos, cortamos la cocción bajo en agua, escurrimos y extendemos en una superficie para que se seque un poco. Reservamos.

En una cazuela amplia, doramos con un poco de aceite los trozos de pollo salpimentadosa fuego medio. Reservamos.

Picamos la cebolla en juliana y desglasamos la cazuela con los restos del pollo.

Cuando coja un poco de color, añadimos el tomate y la mostaza y removemos. También añadimos la leche de coco.

Dejamos que de un hervor y reduzca un poco. Añadimos el pollo bien repartido por la cazuela y dejamos cocer tapado unos 25 minutos más o menos. Si hace falta añadimos el caldo, pero debe quedar salsa espesita.

Si cuando esté el pollo tierno hay mucho líquido, lo reservamos aparte, subimos el fuego y reducimos la salsa.

Por otro lado, en una sartén salteamos los champiñones cortados a cuartos.

Luego los incorporamos a la cazuela del pollo una vez sacada del fuego y tapado para que se terminen de hacer con el calor residual.

Para emplatar, primero en una sartén freímos un poco una ración del arroz. Cuando esté caliente, añadimos un poco de la salsa del pollo y champiñones y mezclamos.

En el plato ponemos en la base el arroz, y encima uno o dos trozos de pollo con más salsa por encima y cebollino picado.