Evisceramos el pato y lo dejamos bien limpio por dentro y por fuera.

Lo lavamos bien con agua para quitarle bien sangre u otras impurezas y lo secamos bien.

Lo salpimentamos por dentro y por fuera y la introducimos unos gajos de naranja en su interior.

A continuación le ponemos un chorlito pequeño de aceite y con la mano lo extendemos por todo el cuerpo (muy poco ya que el pato tiene mucha grasa)

Lo ponemos en la parrilla del horno y debajo una rustiera para que vaya cayendo en ella toda la grasa del pato, que como os digo tiene mucha.

Precalentamos el horno a 180º y una vez caliente metemos el pato y lo tenemos durante tres horas (el tiempo dependerá del tamaño del pato y de nuestro horno)

A la hora y media, le echaremos por encima líquido de los jugos que haya desprendido y lo volveremos a meter al Horna y repetiremos esta operación pasada 1/2 hora que le daremos vuelta y veremos si se va poniendo tierno y así hasta que esté hecho.

Mientras se va haciendo el pato prepararemos nuestra salsa de naranja que se compone de azúcar unas 5 cucharadas, un poco de vinagre y el zumo de 8-9 naranjas.

Como hacemos la salsa.

En una cazuela, echamos el azúcar a fuego suave con unas gotas de agua y la caramelizamos hasta que coja un color oscuro dándole vueltas sin parar. Una vez diluida y con ese color de caramelo le añadimos el vinagre (cuidado al echarlo que puede saltar y quemarnos) seguimos un momento dándole vueltas y a continuación le añadimos el zumo de las naranja, revolvemos un poco y lo dejamos reducir para que la salsa vaya engordando hasta la textura deseada.

Terminada nuestra salsa, sacamos el pato del horno, lo ponemos en una fuente, lo nadamos con nuestra salsa y decoramos con unas rodajas de naranja colocadas alrededor.

A COMER este delicioso manjar.