Ahora incorporamos los ingredientes secos dentro del bol de los ingredientes líquidos. Batimos todo hasta conseguir una masa homogénea. Agregamos 1 cucharadita de extracto de vainilla y la mitad de la leche poco a poco sin dejar de batir. Por último, añadimos la mitad del agua hirviendo y batimos de nuevo. La masa quedará líquida pero no pasa nada, tiene que quedar así.

Vertemos la masa en el molde previamente engrasado y enharinado y metemos al horno durante 50 minutos. Sabremos si el bizcocho está cocido si al pinchar con un palillo de brocheta éste sale limpio. Cuando esté listo lo dejamos enfriar unos 15 minutos, después desmoldamos y dejamos enfriar por completo sobre una rejilla.

Cortamos nuestro bizcocho por la mitad y saldrán dos capas iguales. Si preferís preparar la tarta al día siguiente, guardaremos en la nevera las capas envueltas en film transparente. Así el bizcocho se asentará y estará más manejable. Preparamos un segundo bizcocho con la otra mitad de los ingredientes. En total obtendremos 4 capas iguales.

Para el almíbar. En un cazo calentamos el agua y el azúcar, mezclamos hasta que se disuelva el azúcar y cuando rompa a hervir apartamos del fuego, añadimos el ron y dejamos enfriar.

Para el relleno y la cobertura de trufa. En un bol muy frío montamos la nata con la batidora eléctrica. Cuando comience a coger cuerpo le añadimos el azúcar glas, el cacao en polvo y la cuajada en polvo. (Como no consigo estabilizante para nata estoy usando cuajada en polvo. La proporción es de 6 grs (medio sobre) por 500 mls de nata). Terminamos de montar cuando la nata quede consistente y forme picos. Reservamos en la nevera.

Colocamos la cuarta capa, emborrachamos un poquito y cubrimos la superficie y los laterales de la tarta con la trufa. (Importante guardar un poco para la decoración posterior con manga pastelera). Esta vez añadí bastante cantidad de trufa, y con ayuda de la espátula y girando la tarta en el stand giratorio conseguí cubrirla lo bastante bien para después poder decorarla a rayitas horizontales con el alisador de dientes.

Por último, rellenamos con la trufa que nos haya sobrado una manga pastelera y con una boquilla de nuestra elección (yo usé la 4B de Wilton) decoramos la base y la superficie de la tarta. Colocamos las bolitas de sprinkles sobre los dibujos.