Conejo con salsa de frutos rojos

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Santiago de Compostela

Hoy os traigo otra propuesta de Xosé Bermúdez. En este caso no se trata de productos del mar, sino de la tierra, y josebermudezpor partida doble.

Nos presenta este conejo, así como frutos rojos. Ambos congelados, pero a los que se les puede sacar un partido impresionante.

Teniendo en cuenta que el conejo es de Rodeiro, de las Granjas Cogal y con poca “huella ecológica” no pinta nada mal ¿verdad?.

A la carne le va muy bien el acompañamiento de fruta, sobre todo en el caso de la caza.

El conejo, en concreto, liga muy bien con ciruelas, con mango y como no, con frutas rojas.

Os invito a que la preparéis, os va a sorprender el sabor.

Como esta receta requiere su tiempo, es preferible empezar a prepararla el día anterior, pues la salsa tiene que enfriar y conviene adobar durante unas 12 horas.

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Ingredientes

4 raciones
  1. 1conejo de un kilo y medio (este es de Rodeiro, de las Granjas Cogal)
  2. 1 botellavino blanco. No me seáis cutres, un poco bueno, que el resultado se nota
  3. 1 vasovinagre de Jerez
  4. 1zanahoria
  5. 1cebolla roja
  6. 1 dienteajo
  7. 1 manojoperejil
  8. 1 cucharadatomillo
  9. Aceite de oliva virgen extra
  10. sal
  11. Pimienta negra
  12. granoPimienta verde en
  13. Ingredientes para la salsa de frutos rojos:
  14. 250 grsfrutos rojos congelados
  15. 2 cucharadasvinagre de Módena
  16. 6 cucharadasagua
  17. 2 cucharadasvino tinto
  18. 2 cucharadasazúcar moreno

Paso a paso

  1. 1

    Empezaremos preparando la salsa de frutos rojos.

    Pondremos en una cazuela los frutos rojos a fuego medio durante diez minutos (como son congelados, los pondremos directamente desde el congelador).

    Pasados los diez minutos, agregamos los líquidos. Subimos el fuego para que evapore el alcohol durante unos diez minutos.

    Al final del todo añadimos el azúcar moreno. Probamos para comprobar que no esté muy ácido. Si hace falta, añadimos más azúcar.

    Una vez hecho, lo pasamos por la batidora para que quede muy suave. Dejaremos que se enfríe. Mejor si la preparamos de un día para otro, aunque conviene sacarlo de la nevera unas horas antes de su consumo para que no esté muy frío.

  2. 2

    Ya tenemos lista la salsa, así que vamos a preparar el adobo.

    Para ello limpiamos y picamos las verduras.

    Salpimentamos la carne.

    Mezclamos todos los ingredientes y dejamos la carne 12 horas macerando en la nevera.

  3. 3

    Al día siguiente, retiramos el conejo y ponemos la salsa en una cazuela al fuego.

    Lo pondremos durante unos 40 minutos a fuego medio hasta que se evapore parte del líquido, para que se concentre la salsa.

  4. 4

    Una vez lista la salsa, la pasaremos por la batidora.

    En una cazuela grande, ponemos una base de aceite de oliva virgen y pasamos el conejo, hasta que coja un todo dorado.

    Añadimos el adobo y dejaremos que se haga durante unos 40 minutos a fuego medio, controlando de vez en cuando para que no se pegue.

  5. 5

    Cuando esté listo, lo servimos acompañado de una poca salsa de frutos rojos.

    Buen provecho

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Caricatura gris dibujada a mano de una cámara y una sartén con estrellas saliendo de la sartén

Comentarios (2)

 Juan Pedro Cocina ✅
Juan Pedro Cocina ✅ @cook_4920286
Me enamore de la receta por la fotografía, buen canal lo recomiendo 👍🏻

Escrita por

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lacocinademinia.es @lacocinademinia
Santiago de Compostela
Antes de nada os presento mi blog: http://www.lacocinademinia.es/Con esta página no pretendo sumar otra más al amplio mundo de páginas de recetas, sino que quiero ir algo más allá, a través de recuerdos, de reflexiones, trucos, consejos, gustos, etc. Al fin y al cabo, el momento de la cocina es un momento para estar con uno mismo y da lugar a pensar en infinidad de cosas.Mucha de la gente que ha pasado por mi mesa a comer me ha comentado la idea de abrir un restaurante…¡¡¡¡noooo!!! ¡Qué forma de odiar la cocina!. Al igual que me han insinuado que me presente a un concurso de cocina. Al próximo que me diga que me pesente a un concurso de cocina lo mando al Gran Hermano.Sí que es cierto que tengo dos estados diferentes en la cocina: disfrutándola- normalmente fines de semana y cuando viene gente a comer a casa-, y odiándola- cuando tengo que pensar TOOOODOS los días el menú del día siguiente-.Y cuando digo pensar, no sólo es pensar en lo que hacer de comer, sino repasar mentalmente los ingredientes que tengo en el congelador, en la nevera, en la despensa, los que tendría que comprar en caso necesario, en qué momento puedo ir a comprar, si antes o después de recoger a los niños en el cole, o entre que van a una clase o a otra,… ¡¡Lo odio!! Pero no por ello odio cocinar.Empecé este proyecto como terapia y porque, como dice mi madre, soy un “culo inquieto”. Siempre tengo que tener algo en mente y si supone un reto para mí, mejor. Como terapia, me ha servido, y con creces. Estoy teniendo mejor acogida de lo que esperaba y además, tengo a la familia encantada. Todos los días comen algo diferente. No os creáis que las fotos me las saco de internet, no. Las fotos son hechas por mí de platos cocinados por mí, lo cual me obliga a cocinar variado, aunque bien es cierto que no es muy diferente de lo que cocinaba anteriormente.
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