Dejar el arroz a remojo la noche anterior.

En una cacerola con aceite freír la zanahoria y el puerro picados hasta que empiecen a dorarse.

Añadir el arroz lavado y freír durante un par de minutos más, removiendo de tanto en tanto.

Añadir el queso cortado en cubos o en tiras junto con el ajo y el agua suficiente como para que cubra el arroz y cocinar hasta que el queso se derrita y el líquido se evapore, removiendo constantemente para que el arroz no se empaste ni el queso se pegue a la cacerola.

Servir inmediatamente.