Primero hacer el bizcochuelo. Para ello batir los huevos hasta que aumenten su volumen. Agregar el azúcar y seguir batiendo. Luego incorporar la harina con el polvo de hornear de forma envolvente para que no se baje la preparación. Colocar papel manteca en una asadera y volcar la mezcla. Llevar al horno hasta que esté dorado. No cocinar demasiado para que no se seque. Dejar enfriar.

Si se tiene un molde desmontable no es necesario hacer este paso. Como yo no tengo, lo que hice fue cortar 2 hojas de fotocopia A4 por la mitad y unir 3 partes con grampas.

Colocar el bizcochuelo sobre la fuente a servirlo y forrar todo el borde con la cinta de papel hecha en 2. Unir con grampas. La idea es simular el borde de una asadera. Tiene que cubrir toda la circunferencia porque queremos colocar allí la mousse de coco y que quede contenida y no se nos escape. Opcional podemos mojar el bizcochuelo con almíbar.

Disolvemos la gelatina sin sabor en 100 mL de agua fría. Dejamos reposar al menos 15 minutos.

Para la mousse, batir la leche condensada junto con la crema de leche (ambas bien frías). Cuando se forme como una chantilly, agregar la leche de coco. Seguir batiendo y agregar el coco rallado.

Calentar la gelatina en el microondas hasta que quede líquida. 10 segundos a máxima potencia son suficientes. Cuando la gelatina líquida este a temperatura ambiente, agregarla a la mezcla anterior y batir hasta mezclar bien.

Verter el mousse sobre el bizcochuelo.

Decorar con chips de coco tostado dulce a gusto. Puedes usar los chips de coco común que son blancos.