Una vez cocidas las escurrimos y las ponemos en papel absorbente para retirar el exceso.

Mientras las pencas terminan de secarse partimos las lonchas de queso que vayamos a necesitar, en mi caso puse dos cuñitas por pencas.

Para rellenarlas es muy sencillo, cogemos un trozo de penca, ponemos encima el jamón york, si la loncha es más grande que la penca, no pasa nada se corta y lo que soba se pone encima, después ponemos el queso.

Por último, tapamos con otra penca.

El momento más delicado es el de el rebozado, lo primero es pasar la penca rellena por harina, ésta debe crear una fina película por todos los lados, después lo pasamos al huevo, dándole unas vueltas para que se reparta bien y por último al pan rallado. Es muy importante que los laterales queden bien empanados o el queso se saldrá. Lo que yo hago es volver a impregnar la penca de huevo, pero sólo los bordes y vuelvo a empanar sólo los bordes.

Después de haber rebozado todas las pencas es el momento de freírlas en abundante aceite, el aceite debe estar caliente.