Comenzamos lavando bien los morrones. Los secamos y cortamos al medio. Los limpiamos quitando el cabito, semillas y las nervaduras blancas de su interior.

Luego con las manos comenzamos a cortarlos en trozos. Un poco más grandes que la yema de nuestro dedo pulgar. Colocamos todos los trocitos en una olla. Sobre esto el aceite, el vinagre y el azúcar... todo medido con la misma taza. Y el ajo machacado sin su piel.

Mezclamos y colocamos la olla a fuego fuerte hasta que rompe hervor. Bajamos el fuego a mínimo y vamos revolviendo hasta que estén tiernos pero al dente.

2 tips. 1 apenas hechos los podemos colocar en frascos esterilizados cubriendolos en su totalidad con el líquido de cocción caliente... hasta casi el borde del frasco. Tapamos con firmeza y los colocamos dados vuelta sobre un paño. Al naturalizarse ya pueden conservarlos fuera de la heladera por el vacío que se consigue con este envasado. 2 colocar la preparación en una fuente o hermético al estar ya fría y guardar en la heladera. Es para consumir en días próximos