Ponemos una olla al fuego medio y vertemos la nata, añadimos la canela troceada y un par de trozos de piel de limón sin nada de blanco, esperamos a que comience a hervir y bajamos el fuego al mínimo dejamos así 4 minutos, mientras en un bol amplio ponemos las yemas y la leche, batimos hasta que estén mezcladas, añadimos la maicena y seguimos batiendo hasta que no queden grumos y este perfectamente disuelta, después añadimos el azúcar y seguimos batiendo hasta que este casi disuelto. Colamos la nata que ya tenemos infusionada y la vertemos a la mezcla de yemas, removemos hasta incorporar por completo, dejamos enfriar a temperatura ambiente..

Untamos los moldes con un poco de mantequilla y reservamos, estiramos el hojaldre y lo enrollamos apretando bien hasta formar un cilindro con cada plancha de hojaldre, cortamos trozos de 3 centímetros aproximadamente y los colocamos en cada molde presionando desde el centro hacia los bordes dejando una capa fina en el fondo y los laterales bien cubiertos, una vez todos los moldes cubiertos con el hojaldre los reservamos en la nevera si aún la crema está caliente. Precalentamos el horno a 180 grados calor arriba y abajo y con aire, si no tenemos aire subimos la temperatura hasta los 190 grados y el horneado será también a la misma temperatura.

Vertemos la crema fría en una jarra y rellenamos los hojaldres sin llegar hasta arriba, horneamos a 180 grados con calor arriba y abajo con aire durante 30 a 40 minutos hasta que el hojaldre este bien cocido y lo veamos bien dorados, sacamos del horno y los dejamos enfriar aunque tibios están aún más ricos, espolvoreamos con canela molida al gusto y azúcar glas antes de servir y ya solo nos queda disfrutar. Probadlos os van a encantar.