Galletas de jengibre navideñas auténticas, son los verdaderos "Gingerbread men", perfectas para hacer con los niños. Los muñequitos de jengibre quedan muy divertidos. Con esta receta salen 20 - 25 galletas.Vídeo: Galletas de jengibre navideñas

Estas galletas de corazón sirven para cualquier ocasión, las puedes hacer de diferentes formas y con o sin mermelada. Esta vez, yo las hice para el Día del Amor y la Amistad. Son sin gluten, pero las puedes hacer con harina normal y quedan igual de ricas.

Hace unos días mi mamá me dijo "hace tiempo que no hacemos galletas, qué tal si preparamos unas?", ni tarda ni perezosa me puse a buscar entre algunos apuntes alguna receta de galletas que no había hecho, y encontré ésta que es sencilla, rica y muuuy flexible, ya que sigues la receta base y la puedes complementar con lo que más te guste: nueces, frutos secos, choco chips, almendras, etc. Yo le puse choco chips y almendra fileteada. Espero te guste y me cuentes qué tal quedaron.

Galletas muy ricas para desayunar o merendar. A los niños les encanta.

#mirecetarioNo pensaba que unas galletas iban a estar tan ricas es una explosión de sabor increíble.

Como ya podréis intuir por el nombre la protagonista es la avena.Es una receta muy fácil, rápida y sencilla de hacer 😏

#delantaldorado

Ya no hay excusa para aquellos que no dispongan de mucho tiempo para realizar un dulce, porque la receta de hoy es rápida de hacer y sana ¿que más podemos pedir?https://youtu.be/KhcaHBfb2bw

Sin azúcarSin edulcorantesSin lactosaSin gluten

Tenía dos plátanos que se empezaban a poner feos y decidí hacer unas galletinas, me salieron 24

Siguen las fiestas en la ciudad, y en estos días, están celebrando la feria del libro. Como era de esperar, he tenido que ir y darme un par de vueltas —soy más de comprar en la librería tradicional, pero en estos eventos, siempre es inevitable que caigan un par de lomos—. El caso es que en una de esas vueltas, una de las sociólogas de mi casa, me regaló un libro de la autora Rebecca Solnit —del que llevaba tiempo hablándome—. En lo poco que he leído, además de irritarme, he aprendido un par de cosas que pienso comenzar a utilizar. Así, por ejemplo, la autora emplea el término: mansplaining, para exponer situaciones en las que los hombres dan explicaciones a las mujeres, sin que hayan sido pedidas, sobre un tema en el que ellas son expertas. ¿Cuántas veces, a diario, no nos pasa eso? Estoy convencida de que si invocásemos por la güija a Madame Curie, declararía lo mismo a pesar de sus dos premio Nobel.