Cortamos la cebolla y las longanizas. Para las longanizas un truquillo: mucho más fácil cortarlas mientras siguen congeladas, para que no se deshagan.

Cubrimos la base de una ollita de aceite y en él freímos la cebolla a fuego bajo hasta que empiece a cambiar de color y ponerse dorada. Añadimos las longanizas y las cocinamos junto con la cebolla hasta que la veamos cocinada. Finalmente añadimos el pimentón dulce, y lo freímos sin parar de remover durante 1 minuto.

Añadimos el tomate triturado y cubrimos la olla, dejando que se cocine durante 6-7 minutos (removiendo de vez en cuando).

Cuando el tomate esté cocinado añadimos las 3 tazas de agua (tamaño grandecito, he usado una taza de desayuno), el colorante alimentario, la pastillita de avecrem si queréis (le da un toque más de sabor) y sal al gusto (sin miedo, es mejor que el caldo quede un pelín salado). Subimos el fuego al máximo y cubrimos la olla de nuevo hasta que el caldo hierva.

Cuando esté hirviendo añadimos el vaso de arroz, y bajamos el fuego a la mitad. Tiene que estar 20 minutos cociéndose, y cuando queden 10 es cuando añadiremos los guisantes y las habitas sin descongelar, que en los 10 minutos restantes se cocinan de sobra y quedan perfectos.

Mientras el arroz se cuece podemos dejar la olla cubierta o descubierta, depende de lo caldoso que queráis que os quede. Sin tapa quedará más seco y con tapa mantenéis más el caldo. Yo lo tuve 10 minutos descubierto y los últimos 10 (cuando añadí guisantes y habitas) lo tapé y baje un poco el fuego.