Calentamos la mantequilla a fuego lento evitando que haga ebullición para que no se queme y lograr separar lo sólidos y las proteínas.

En un recipiente agregamos el ajo picado y las hierbas finas.

Mientras se calienta empieza a desprender o separar los sólidos las proteínas, debemos ir retirando la espuma con una cucharita poco a poco hasta que quede el líquido transparente y amarillo como si fuera oro, este es un proceso lento y de paciencia, tómate tu tiempo.

Una vez que esté clara sin espuma blanca, la verteremos en un recipiente filtrándolo en alguna maya o tela fina para retener el resto de sólidos.

Listo para usarse en guisos.

Hay una técnica muy rápida y eficiente.

En una olla con agua hirviendo metemos la mantequilla que vaciamos en Bolsa zipp lock, en solo 2-3 mi la mantequilla se derritió, la escurrimos y la metemos en una olla seca con una de las puntas de la bolsa hacia abajo, la llevamos al refrigerador.

Transcurrido aprox 3 hrs sacamos la olla del refrigerador y en la puntita que quedó hacia abajo en la olla la separamos y veremos qué tiene líquidos, las cortamos con un cuchillo y saldrán todos los líquidos.

La volvemos a calentar y la vertemos en un frasco tapadera.