El primer paso será tamizar la harina con el cacao en polvo. Lo reservamos aparte.

Mezclar la mantequilla con el azúcar moreno hasta obtener una consistencia como de crema/pomada.

Añadimos el huevo y mezclamos bien.

Agregamos la mezcla de harina y cacao poco a poco, para que no salgan grumos.

Fundimos el chocolate troceado al baño María.

Agregamos el chocolate a la masa.

Añadimos también la cucharadita de esencia de vainilla.

Nos quedará una masa bastante densa. Ahora lo que haremos será dividirla en dos o tres partes. Cada parte la enrollaremos en un trozo de papel film para formar un rulo con ello, y lo metemos en la nevera unas 5 ó 6 horas.

Pasado ese tiempo, precalentamos el horno a 180º C y cortamos los rulos en rodajas.

Las colocamos sobre la bandeja del horno, sobre papel de hornear, un poco separadas entre sí, ya que se expanden un poco a lo ancho. Las horneamos unos 15-20 minutos, no más, pues sino, tomarán sabor tostado/quemado. Las sacamos con cuidado, porque aún estarán blanditas, y las dejamos enfriar sobre una rejilla.

Ya sólo nos queda hacer el relleno: mezclamos los 80 gramos de mantequilla, el azúcar glass, la cucharada de leche y la vainilla transparente hasta obtener una pomada y rellenamos las galletas cuando estén frías del todo y voilà!