Para preparar la masa si lo hacéis a mano habrá que trabajar y dedicar un poco más de esfuerzo. Deberéis amasar todos los ingredientes unos 15 minutos o hasta que veáis que la masa se vuelve elástica y brillante. Podéis poner un poco de aceite en la superficie de trabajo y en las manos para que no se os pegue. No añadir más harina ya que de lo contrario la masa quedará más dura.

Si lo hacéis con un robot, del mismo modo amasaremos unos 15 minutos todos los ingredientes.

Hacemos una bola y la dejamos en un recipiente untado de aceite. Tapamos con film y dejamos reposar dos horas.

Pasado este tiempo dividimos la masa en dos. Hacemos dos bolas y reposamos 10 minutos para que la masa se relaje y no nos cueste estirarla.

Pasado el tiempo las sacamos del horno y mientras las decoramos precalentamos el horno a 250 grados con calor de arriba y abajo.

Pintamos con huevo batido toda la superficie de la coca, con delicadeza para que no perdamos volumen. Y la espolvoreamos generosamente de azúcar. No os olvidéis de los bordes... que no falte de ná 😜. Ponemos por encima los piñones, almendra o fruta.

Un apunte....los piñones conviene ponerlos en un bol cubiertos de agua y dejarlos en remojo al menos media hora. De esta forma se hidratan y luego no se queman al hornear.

Al meter la coca al horno debemos bajar la temperatura a 180 grados. Recordar!! Precalentar a 250 y hornear a 180. El horneado será de unos 20 minutos o hasta que veáis que está dorada.

Nada más sacar del horno rociar o pintar con licor de anís. Dejarlas enfriar sobre una rejilla.

Podéis hacerlas con antelación unos días previos a la verbena y congelarlas. El día de la verbena las dejáis descongelar a temperatura ambiente y estarán como recién hechas. Así ese día no hay que liarse y sólo habrá que disfrutar de la fiesta!

Mirar lo esponjosa y tierna que se ve por dentro.