Las tostadas pueden hacerse de varias formas:

Pan de molde y en la tostadora: Son las más rápidas de preparar, sale ricas y crujientes. Un truco es poner la tostadora a máxima potencia 1 minutos, luego bajar la potencia y meter las tostadas. Cuando las sacamos le ponemos el aceite la sal y las chafamos la una con la otra para que empape.

Pan del día anterior y en la tostadora: Una forma de aprovechar el pan y disfrutar de una súper tostada. Para que no se nos quede tan duro, ponemos la fostadora y, sobre la parte de arriba apoyamos el pan, con la tostadora al máximo. Cuando el interior del pan esté doradito lo apartamos, estrujamos de fuera hacia adentro el pan, creando grietas y, entonces, añadimos el aceite y la sal.

Pan de pueblo y horno: El pan de pueblo es perfecto, no hace falta ni tostarlo mucho, queda tan rico, es uno de mis preferido. A mí me gusta cortarlo como a rodajas y hacerme más de dos tostadas. Los meto al horno a unos 180ºC y cuando está doradito (casi nada) lo saco y le pongo, primero la sal y luego el aceite, lo chafo un poquito y... ¡A disfrutar!

Pan de molde y al horno: Hay que llevar cuidado que no se quemen, a mí si son de pan de molde me gusta más en la tostadora, a veces, en el horno se quedan algo chiclosas si se enfrían un poquito. Pero si las preparáis así, rápido se pone el aceite y, ¡a desayunar!

Pan del día anterior y al horno: Una combinación perfecta. Cuando desayunamos todos en casa, lo hacemos así, partimos el pan del día anterior o dos días, da igual y llenamos toda la rejilla del horno de pan, en 5 minutos están listas, crujientes y perfectas para bañar en aceite de oliva.