Samosas indias de pollo

Contexto: llamada interesantísima con tu amiga del alma, que justamente te está contando el resultado desastroso que sufrió vuestra archienemiga de la juventud, cuando, sin motivo aparente, la llamada se corta. Pues es justamente aquí, donde comienza nuestro declive.
A ver, por partes, estamos de acuerdo en que el ser humano es capaz de hacer grandes descubrimientos: ha enviado al hombre al espacio, es capaz de soportar condiciones adversas, y de hacer operaciones que nunca hubiésemos imaginado. Sí, el ser humano es capaz de eso y de mucho más. Es maravilloso, ¿verdad? Entonces, ¿porqué se vuelve inútil a la hora de decidir quien debe volver a llamar cuando se corta la llamada, en mitad de la conversación? Se supone que aprendemos de los errores, pero creo que en la escala evolutiva había un peldaño roto... Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Pues ¡Señores! ¡Nos hemos encariñado con la piedra!
Automáticamente, las dos comenzáis a llamaros la una a la otra sin establecer conexión. El teléfono emite la señal de que la otra persona está comunicando, y… ¿Qué haces? Pues lo obvio, seguir llamando como una demente mientras llegan mensajes avisando de que la otra está haciendo lo mismo.

(15º Etapa de la IIª Maratón Cookpad por el Delantal Dorado).

#DelantalDorado23