Hacemos la masa madre (harina, leche y levadura) y la dejamos en la nevera 4/8 horas, tapada dentro de un bol con film plástico. La masa debe quedar ni seca ni tampoco pegajosa.

Rallamos la piel del limón y la naranja e incorporamos.

Añadimos el azúcar y los huevos.

En un cazo ponemos 150 gr de leche (al reducir luego quedarán 120 gr), la cáscara de limón y naranja y la ramita de canela y lo llevamos a ebullición. Lo apartamos del fuego, añadimos seguido el agua de azahar y el ron y dejamos reposar 15/20 minutos.

En una amasadora mezclamos la masa. La masa debe quedar elástica. Al inicio estará muy pegajosa y poco a poco devendrá en una masa manejable. El tiempo de amasado dependerá de la amasadora y la velocidad de amasado. Entorno a 15/20 minutos nivel intenso. Hay que ser pacientes, porque tarda bastante.

Y amasamos de nuevo hasta obtener una masa elástica, con textura pegajosa pero que no se queda adherida a las manos. Unos 10 minutos más aproximadamente.

Hacemos un pequeño amasado (30 segundos) para quitar el gas. Dejamos reposar otros 15 minutos para poder darle forma (la masa al amasarla se tensa y no es manejable). La tapamos con un paño.

Untamos con huevo. Ponemos azúcar y fruta escarchada al gusto.

Calentamos el horno con aire a 180 grados y lo metemos 20 min. A mitad de cocción, cuando ya esté dorado, lo tapamos con papel de aluminio para que no se dore más.

En una batidora mezclamos la nata y el azúcar.

Cuando esté la nata a medias montada (medio espesor) incorporamos el queso mascarpone y seguimos batiendo.

Abrimos el roscón por la mitad. Metemos la figurita si tenemos y rellenamos con nata.

Y a disfrutar.