Mezclar el almidón de maíz con la sal y el polvo para hornear e incorpóralo a la mezcla anterior en 3 o 4 partes. Ten cuidado y bate de a poco porque vas a llenar la cocina de almidón.

Una vez que tengas la masa, intégrala, pásala a la mesada y con la palma de la maso aplasta de a poco la masa contra la mesada, para que se termine de integrar bien. Esta técnica se llama fresado. Una vez lista, te queda una masa súper lisa, envolverla en papel film y llevarla una hora a la heladera.

15 minutos antes de estirar la masa, precalentar el horno a temperatura media (170/180 grados). Retirar la masa de la heladera, y con poca harina estirarla en la mesada de 1cm de alto y corta las tapas de alfajor. A mí me gustan de ese tamaño de alto, puedes hacerlos como más te guste, pero de esta forma queda una buena proporción de tapa y dulce de leche. Si las tapas son muy gordas es más difícil de manejar y comer.

Colocar las tapitas en placas levemente enmantecadas y cocinarlas en un horno de 10 a 15 minutos. Una vez que las toques y se despeguen fáciles de la placa ya están listas, tienen que lograr un leve dorado en la base. Retirarlas y dejarlas enfriar.

Colocar dulce de leche en la mitad de las tapas (bastante dulce de leche ¡A no escatimar!) y por encima coloca la otra tapa.

Aplastar con cuidado para que el dulce llegue a los bordes y luego pasarlo por coco rallado.