Lo primero será poner a hervir una olla con agua y sal para cocer el brócoli, previamente troceado.

Mientras se hace, vamos picando el pimiento y la cebolla en la procesadora. Reservamos.

Cuando el brócoli esté hecho, lo escurrimos guardando el caldo de la cocción. Dejamos que se enfríe un poco y lo pasamos por la procesadora.

Aprovechamos mientras para pasar las alcaparras por la procesadora y dejarlas machacadas. En caso de que no tengáis alcaparras podéis utilizar aceitunas.

Para la bechamel, podríamos utilizar cualquier leche vegetal, pero yo utilicé el caldo del brócoli. Dicho esto, lo primero será echar la margarina a una cazuela a fuego medio-bajo. Cuando se derrita, echamos harina (yo lo hago a ojo pero más o menos 3/4 de taza), y removemos rápido para que se integren. Vamos añadiendo poco a poco el caldo del brócoli, sin dejar de remover en ningún momento.

Cuando esté un poco más líquida de lo que nos interesa, apagamos el fuego, echamos las alcaparras, especias al gusto y probamos por si hay que rectificar de sal. La bechamel es marrón porque la hice con harina integral.

Integramos la bechamel a la sartén con las verduras e integramos todo.

En un plato llano ponemos pan rallado con un poco de sal y especias, yo eché también un poquito de harina de garbanzo y semillas de lino molidas pero es opcional. Damos la forma a las croquetas y vamos empanando.

Ponemos a calentar una sartén con aceite de girasol y freímos.

Sacamos las croquetas, emplatamos y a disfrutar. Yo les eché un chorrito de vinagre al final y queda muy bien.