Podemos usar cualquier bebida vegetal a nuestro gusto, aunque en este tipo de postres hay algunas que pueden afectar al sabor, que no tiene por qué ser algo negativo, como la almendra o la avena. Es cuestión de encontrar la que más nos guste, yo, en esta ocasión he utilizado Leche SIN Lactosa.

Lo primero que haremos es aromatizar la leche o bebida vegetal. Ponemos la leche en una cacerola con la vaina de vainilla abierta mediante un corte longitudinal o 1 cucharadita de esencia de vainilla, y la rama de canela.

Si la vaina es muy grande y bien aromática, nos puede bastar con utilizar solo la mitad. Calentar a fuego suave y apartar del fuego justo antes de que hierva. Retirar los aromáticos.

Aparte en un bol, batir los huevos y las yemas, con el azúcar, la Maicena y la sal. Cuando no tenga grumos, echar a la cacerola de la leche y devolver al fuego.

Calentar a temperatura baja, removiendo constantemente, sin llegar a hervir, hasta que espese. El tiempo final puede variar según el tipo de leche o el tamaño de los huevos. También dependerá de la consistencia final que nos guste en las natillas.

Además hay que tener en cuenta que al enfriarse espesara aún más.

Por último, repartir en cuencos, salen 4 raciones generosas o 6 más pequeñas o bien en una fuente como he hecho yo, a la que Le he puesto algunas galletas hojaldradas en el fondo, más las que están en la superficie. Dejar enfriar un poco antes de meterlas en el frigorífico.

A quien le guste, en vez de servir con la típica galleta María, puede utilizar galletas caramelizadas trituradas, canela molida y avellanas picadas, al gusto. Buen Provecho.