Pon en una olla con abundante agua y sal la pasta a cocer hasta que esté a tu gusto

Mientras se cuece la pasta, en un cazo ponemos la leche a fuego medio bajo y cuándo empieza a hervir añadimos el queso.

Si nos gusta sin ningún grumo de nada lo echaremos rallado pero si no nos importa que quede algún pequeño trocito lo echamos en trozos (yo lo hice así)

Salpimentar al gusto y cocinar a fuego medio bajo

Cuando esté perfectamente disuelto el queso y la salsa burbujeando, añadimos una cucharadita de maicena previamente disuelta en un poco de leche fría (opcional)

Dejar cocinar un par de minutos. Rectificar de sal

Cuando esté la pasta lista la servimos y añadimos la salsa de queso por encima y unas cuantas nueces picadas de colofón

A disfrutar!