Pechuga de pollo a la miel con almendras y arroz thai

Arianne
Arianne @Arianne
Esquinita verde de la Península Ibérica, llamada A Coruña

Llevábamos días sin tomar pollo, y cuando vimos que hoy había un taller impartido por @Sara_PA, en base a la receta de @Johan_Fräst, no pudimos resistirnos.
Quedo una receta muy muy rica, y rápida de preparar, con una mezcla de sabores dulce-salado increíble gracias a las almendras y la miel, y un toque fresco oriental gracias al jengibre.
Y es que en casa, tenemos un ultra-mega-fan del jengibre — por lo que intentamos ponerlo en todos los platos posibles (siempre que nos acordamos)—. Le gusta tanto, que hasta se come el jengibre que acompaña al sushi 😲, quizá se enamorara de él, gracias a Shakespeare, que en su obra Love’s Labour Lost (Trabajos de Amor Perdidos) escribió que si tuviera un sólo centavo, lo usaría para comprar pan de jengibre; quizá fuese porque el mismo día que lo probó, también cató el wasabi, con ese picante frío tan característico —que de golpe estalla y de golpe se va, durmiéndote el cogote en el proceso—. Sea como fuera, en esta receta, ha sido un acompañante perfecto.

Pechuga de pollo a la miel con almendras y arroz thai

Llevábamos días sin tomar pollo, y cuando vimos que hoy había un taller impartido por @Sara_PA, en base a la receta de @Johan_Fräst, no pudimos resistirnos.
Quedo una receta muy muy rica, y rápida de preparar, con una mezcla de sabores dulce-salado increíble gracias a las almendras y la miel, y un toque fresco oriental gracias al jengibre.
Y es que en casa, tenemos un ultra-mega-fan del jengibre — por lo que intentamos ponerlo en todos los platos posibles (siempre que nos acordamos)—. Le gusta tanto, que hasta se come el jengibre que acompaña al sushi 😲, quizá se enamorara de él, gracias a Shakespeare, que en su obra Love’s Labour Lost (Trabajos de Amor Perdidos) escribió que si tuviera un sólo centavo, lo usaría para comprar pan de jengibre; quizá fuese porque el mismo día que lo probó, también cató el wasabi, con ese picante frío tan característico —que de golpe estalla y de golpe se va, durmiéndote el cogote en el proceso—. Sea como fuera, en esta receta, ha sido un acompañante perfecto.

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Ingredientes

40 minutos
6 Comensales
  1. ~800 g Pechugas de pollo de corral
  2. 400 gArroz thai
  3. 500 gTomate cherry
  4. 1 Trozogrande jengibre fresco
  5. 4Cebollas medianas
  6. 200 gAlmendras tostadas saladas
  7. 1/2 CucharillaCanela
  8. 3 CucharadasMiel casera
  9. Hebras de azafrán
  10. Aceite de oliva virgen extra
  11. Sésamo tostado (para decorar)
  12. Sésamo negro (para decorar)

Paso a paso

40 minutos
  1. 1

    Los primeros pasos, antes de ponernos con la receta propiamente dicha, es pelar las almendras tostadas, e infusionar las hebras de azafrán. Además, también cortamos el pollo en tacos, picamos la cebolla en trocitos medianos y los cherry por la mitad.

  2. 2

    Ponemos en un ollla abundante agua, con un chorrito de aceite, y hacemos el arroz. Cuando esté hecho, escurrimos y reservamos.

  3. 3

    En un wok, ponemos un poco de aceite de oliva, rallamos el jengibre (previamente pelado) y cuando el aceite comience a estar caliente, incorporamos el pollo para dorarlo. Cuando esté pochado, agregamos la cebolla y salpimentamos —al gusto—. Mezclamos para integrar y bajamos ligeramente el fuego.

  4. 4

    Cuando la cebolla esté blandita, añadimos los cherry y mezclamos. Agregamos las almendras, e integramos.

  5. 5

    Subimos el fuego, porque tanto las verduras como el pollo soltarán agua, y ésta debe reducirse. Añadimos la canela, el azafrán y la miel. Y mezclamos hasta integrar todos los ingredientes, y dejamos a fuego lento durante otros 15 minutos.

  6. 6

    Para presentar, preparamos un vasito de arroz, y un par de cucharadas del pollo con almendras y miel. Espolvoreamos los dos tipos de sésamo.

  7. 7

    Y a disfrutar!

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Cocinar hoy
Arianne
Arianne @Arianne
Esquinita verde de la Península Ibérica, llamada A Coruña
Me encanta recorrer el mundo en cada bocado.Apasionada del mar, de los viajes, de la astronomía y de los libros. Poco golosa pero exigente con la calidad de los productos. ¿El final perfecto de cualquier instante gastronómico? La buena compañía... tanto a la hora de prepararlo en la cocina, como al sentarse en la mesa. Porque disfruto cocinando con y para los míos; me encanta ese desafío de conectar con mis comensales, de compartir y de no sólo hacer disfrutar a las papilas gustativas. De crear, en definitiva, un momento, un recuerdo y un vínculo con los que quiero.
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