En un bowl colocamos la harina, el polvo de hornear y la sal. Mezclamos y añadimos la manteca fría en trocitos. Con la punta de los dedos formamos un arenado.

Sumamos los quesos rallados e integramos. Hacemos un hueco en el centro y colocamos la leche, el huevo y la crema.

Con una cuchara integramos desde el centro hacia los bordes. Terminamos de formar la masa con las manos. No se debe amasar, sino unir los ingredientes hasta que no quede harina suelta. Tapamos con un film y refrigeramos por 30 minutos.

Estiramos en un rectángulo de 6 mm de espesor. A mí me gusta recortarle los bordes con un cortante para pizza o una cuchilla para que todos tengan la misma terminación en los tres lados. Cortamos cuadrados de 7cm de lado y luego los cortamos en diagonal formando triángulos.
Los excedentes los unimos sin amasar y volvemos a estirar de 6mm de espesor, cortamos los excedentes y luego los cuadrados de 7x7, en diagonal y así sucesivamente.

Colocamos en asadera con papel manteca enmantecado y llevamos a horno precalentado a 180°C por 30 minutos o hasta que esté ligeramente dorados en la superficie y la base, pero no mucho.

Mirá que gorditos y hermosos que quedan!!
Listos para tomar unos mates 🧉 o rellenar con jamón y queso blanco 😯.

No me digas que no fue facilísimo 😉